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miércoles, 28 de octubre de 2009

En la cafetería.............

Llegue volando a la cafetería, consciente de que disponía de poco tiempo para cenar,ya que a las diez cierran. Mientras pensaba en lo que me iba a pedir sentía la rabia dentro. Siempre los mismos bocadillos, las mismas prisas y me preguntaba ¿por qué no dejan un poquito más de tiempo? Tiempo es lo que nos sobra en un hospital, pero ese derroche de tiempo no lo puedes emplear en comer. Si consigues compaginar el horario del enfermo con el de la cafetería eres un Dios. Me pedí un sandwich vegetal y una cerveza sin alcohol, le dije una tontería al camarero sin venir a cuento. Nos reímos, busque un asiento libre y nada. Así que decidí pedirle permiso para compartir mesa a una chica que había en el fondo. Por arte de magia me llego un sandwich que no era el mio. Le dí un sorbo a la cerveza y lo examine extrañada. Llegamos a la conclusión de que era el suyo, nos reímos. Al instante el camarero se excusó y me trajo otro para mi. Durante unos minutos cada una estaba en su mundo, pero sin darnos cuenta iniciamos la conversación. No sé que paso, pero nos vaciamos como el vaso de cerveza. Allí estabamos dos extrañas contandonos nuestras penas. La muerte de su hermana, la enfermedad de su madre, la cesarea que le hicieron en el nacimiento de su hijo. Por mi parte hice un resumen de todo lo acontecido a mi familia desde el mes de Mayo. Aunque decidí omitir todo lo de Mati, porque me parecía demasiado. Nos despedimos, sin habernos presentado, conscientes de que probablemente no nos volveríamos a ver. Cuando cogí el ascensor me dí cuenta de qué no sabía su nombre, pero que ya no me oprimía el pecho. Es como si me hubiese quitado un peso de encima en la cafetería. Espero que ella también sintiera lo mismo. Desde aqui quiero darle las gracias y espero que su madre esté mejor. Hoy le han dado el alta a mi padre y tenemos un miembro más en la familia. Dos noticias buenas que degustaré todo el día, porque hace mucho tiempo que no puedo hacerlo.

lunes, 19 de octubre de 2009

Cosas de niñ@s

Este pequeño relato, con algunas modificaciones para adaptarlo a los caracteres exigidos, es el que he presentado al concurso I Certamen de Historias de mis muebles que convoca la empresa globaldeco.



"Corriamos, por la vigorosa edad de nueve años, mi prima Candela y yo y nuestra primera obsesión en el mundo era estar juntas.Pero fue en una clase de naturales, entre risas y nerviosismo general, al escuchar la palabra "sexo".Seguido del descarne del maestro, de cada aparato reproductor,cuan matanza gorrina. Cuando parimos la segunda y más terca de nuestras obsesiones: verificar si nuestros padres experimentaban, aquello que el matarife denominó relaciones sexuales. Tras muchos intentos fallidos, sesteaba un sábado agostizo, cuando dispusimos ocultarnos, cómplices, debajo de la cama de mis tíos. Un mueble añoso de fierro azulete, desconchado, cuyos muelles bajeros, color plata, se arrastraban con la colcha. Transcurrida una larga hora, perdido el ánimo, pero no la esperanza, asomaron los primeros ruiditos, los besos sonoros, los jadeos,hasta el trote y un galope estruendoso que aporreaba hasta la ventana. Tan vigoroso , que los bajeros de la cama se nos clavaron como parásitos al cuerpo, mientras éste embebido flotaba de gozo. ¡ Si nuestros padres practicaban, aunque jamás en nuestra presencia se habían permitido un beso de lengua! Pasado el descubimiento, una tarde de visita, mis tíos anunciaron que se iban a comprar una cama nueva. Ambas exaltadas gritamos, ante el asombro primero y la descomposición después, de los mayores, ¡ si, así no se nos clavaran más los muelles cuando lo hagáis!.