Las cosas que me pasan

Las cosas que me pasan en la vida

Si, esas pequeñas cosas,
fuentes inagotables de sueños
y de esperanzas lejanas.
Esas pequeñas cosas, malvadas,
Que acechan
Aquellas diminutas que llegan al alma,
El beso de mi sobrino,
la lectura de mi hermana,
El fin de semana con los amigos,
El mensaje en el móvil o el correo en mi bandeja....
Son esas pequeñas cosas, por las que vivo
Por las que lucho, por las que enredo
simplemente por tenerlas,
Son las cosas que me pasan,
Son esas pequeñas cosas.

Los Limites de mi lenguaje

Los limites de mi lenguaje significan los limites de mi propio mundo (Ludwing Wittgenstein)

Buscando las palabras me encuentro,
De mi cultura me valgo,
Y es un pozo sin fondo mi anhelo.
Expresar sentimiento en todo aquello que digo,
Encontrar el lenguaje sincero, que me haga más humana
Que me lleve al otro.
Expresar quiero tanto y tan poco.
No merezco tu atención, pero si me lo consientes
¡Escucha!,
No retengas mis frases desnudas
Piedad, te pido
Pues no entiendo las claves del discurso
Quien tiene la llave maestra, dímelo tú si lo sabes.
Y es verdad que los limites de mi lenguaje
Significan los límites de mi propio mundo,
Pero también es verdad,
Que aunque no alcanzo a comprender
Me puedan alejar o acercar al tuyo
Según vaya manejando nuestro dialecto
Ese que tú y yo sólo entendemos,
El que creamos en una décima de segundo,
Mientras se eternizo una mirada
Espero paciente tu respuesta, pues como te digo
Las palabras se encienden y se apagan,
Sin órdenes aparentes.
Como el día y la mañana en nuestro planeta.

Sobre el Mapa de Africa

Sobre el mapa de África la cabeza jirafa,
Sobre el mapa de África los andares lunares,
Sobre el mapa de África sol y luna –juntos-
Las camisas a rallas.

Amaneceres felinos, anaranjados pétalos.
Aguas cocodrilo, sin fin de desiertos descubiertos.
Al danzar de los cantares,
Al rugir de los leones,
Al fuego extinto de los rinocerontes.

Sobre el mapa de Africa
Dos grandes imperios hubo
el de Malí y el de Ghana,
Antes de que llegaran,
Antes de que llegaran,
diminutas mentes blancas

Fuente Nueva

Mujeres labriegas, infatigables lavanderas
Madrugadas impías restriegan sus almas.
Madres sin lavadoras, sin detergentes caros.

Miradas pérdidas de cuajo acuoso.
Mugrientos los sayos de aceite, de ricos molinos.
Manos de barro y esparto nacen de Fuente Nueva.
Mandiles al sol, de claro verano, oscuro el invierno.

Cargados de sucia ropa, lebrillos hilera.
Canastas de mimbre repletas de idas y vueltas.
Caminos de jabón hecho, espuma de antaño.
Calvario de todas, de muchos apaño.

Mientras, el día eterniza, la noche resuelta calla.
Los sueños se escapan a horcajadas.
Pañales, refajos, paños, ojeras de años.
La vida un suspiro en Fuente Nueva.
Lagartas de lagarto rebaten el goce de las solteras.
Plañideras sus gargantas de hiel salpican.
Palabras, sin dueño, a chorros se escurren,
Entre la basta piedra.
Manantiales de risa amarga fluyen.
Y con regocijo oculto del mal sobrellevan,
Las heladas mañanas en Fuente Nueva.

A nosotras

El cielo escucha como se van nuestros sueños.
La libertad, conjunto vacío,
camino del trabajo a la casa

¿Dónde quedaron nuestros placeres?,
¿Nuestros minutos en silencio, nuestra calma?
¿Que dirían ahora de ellos los poetas?
¿Serían sinceros?
Nosotras creemos sin fe en el cambio,
Descafeinada la ley que nos acompaña.
Vamos sin rumbo fijo,
desentrañando las entrañas.
Esperanza, desesperanzada nuestra vida.
Futuro que engendra un día más,
un nuevo sueño despierto.
Libertad absoluta del alma que se escapa en un fondo de armario
Y un infinito caminar de zapatos sin uso.
Maquilladas, operadas, manipuladas , estafadas en las rebajas.
Mientras en nuestro mundo, unas imitamos a otras.
Mujeres de hueso y hueso, muertas en vida.
Espíritus flotantes, mujeres manzana.

Opuesto, el otro mundo, muere,
de hambre bien distinta, tortura con dueño.
Mutilados, ensañados y desdibujados sus rostros lejanos.

A pedradas mueren sus voces, violáceos sus labios callan.
La libertad conjunto vacío, camino del agua al desierto,
En vasijas descalabradas con pies descalzos danzan.
Caderas que llevan cuerpos que salen a sus espaldas.
¿Dónde quedaron sus derechos?,
¿Sus minutos de descanso?, ¿Sus almas?
El cielo no escucha sus plegarias.

IV Certamen Canal Literatura "Poemas Sin Rostro"

Este poema lo he presentado al IV Certamen de Canal Literatura "Poemas Sin Rostro"

CUANDO ME INSULTAN

Una, a una, y poco a poco
se desanudan las espinas,
desaparecen los barrenillos,
huyen los escarabajos, los pájaros,
en un firmamento de escamas, van cayendo.
Hojas de mi piel herida,
sospecho que no me entero.

Los falsos halagos, son insultos,
que infectos me llenan el alma
hacen que me cure, pues adelanto mi poda,
mi poda de cada año.
Hacha en mano, cual bisturí,
rasgo la corteza de mi ser
y de la materia extraigo, mil plagas,
infelicidad, desasosiego, desinterés
desencanto y pena expulso.

Voy raspando sueños rotos, estrés y cansancio,
voy arrancando temores y miedo,
renuevos y esquejes a mis pies brotan.
Las ramas fluyen, mirando al sol
y se instalan en mi cerebro bifurcado,
formando una gran copa, que es mi ego.

Y este tronco que se hace tallo
y que ahora es mí ser, va cayendo en la sombra
para realzarse más por dentro,
al fin repuesto, renovado.

Desinfectando la pus, la rabia y el desconcierto,
sin hacer caso a la furia,
a la furia que se hace viento,
a la furia que trae aires de venganza,
de venganza y sufrimiento.

Voy echando más raíces en la tierra basta,
en la tierra yerma, me voy y me encuentro.
Voy abonando con bondades,
voy llenando de requiebros,
voy quitando la mala hierba, la hipocresía
y me preparo para el invierno.
Riego, riego mi tierra,
con lágrimas saladas que no van a la mar
y que endulzo con mi cuerpo.

Voy transformando el suelo, el subsuelo,
soy cortavientos.
Y me encamino hacia el firmamento mismo del bosque,
renovando hasta el aire que respiro en mis adentros.
Es por eso que pienso, que cuando
me insultan yo me crezco.
Soy álamo valiente,
Populus alba plateado,
Pon mi yema en tu almohada